OBJETIVOS 1.- Sensibilizar a la Diócesis sobre la necesidad e importancia de la Pastoral Vocacional: “Es muy urgente, sobre todo hoy, que se difunda y arraigue la convicción de que todos los miembros de la Iglesia, sin excluir ninguno, tiene la responsabilidad de cuidar las vocaciones” (PDV 41). 2.- Fomentar la dimensión vocacional de todo bautizado. “El deber de fomentar las vocaciones afecta a toda la comunidad cristiana, la cual ha de procurarlo ante todo con una vida plenamente cristiana. La mayor ayuda en este sentido la prestan las familias que, animadas del espíritu de fe, caridad y piedad, son como el primer seminario y, por otro lado, las parroquias, de cuya fecundidad de vida participan los propios niños y jóvenes” (OT 2). El testimonio de los sacerdotes, el trabajo diario en la Parroquia, la oración perseverante y confiada al Señor por las vocaciones, la escucha paciente de los jóvenes, la propuesta explícita de la vocación sacerdotal y consagrada a los jóvenes. 3.- Crear cauces que posibiliten una reflexión constante sobre la vocación. 4.- Ofrecer caminos de encuentro con Dios -mediante iniciativas pastorales- que favorezcan la inquietud vocacional a niños, adolescentes y jóvenes. 5.-COLABORA con: Delegación de Pastoral de Infancia y Juventud y Pastoral Universitaria. ACCIONES 1.- Retiros mensuales en el Seminario Mayor. – Oferta de dirección espiritual. – Un fin de semana al mes se celebra un retiro en el Seminario Mayor, donde se acompaña y ayuda a los jóvenes a que puedan ir dando una respuesta a la llamada del Señor. La posibilidad de participar en verano en alguno de los campos de trabajo que se organizan desde el Seminario y la Delegación de Vocaciones, que se prolonga a lo largo de quince días y nos sirve de rampa de lanzamiento en el trabajo para todo el curso. Y esto se hace desde distintos acentos: formación, revisión del plan de vida, oración personal y comunitaria, celebración, veladas. 2.- Preces vocacionales. 3.- Campaña Vocacional Día del Seminario: – Sensibilizar a la Diócesis a tomar conciencia de que Dios llama y envía. – Valorar la realidad de nuestros Seminarios. – Provocar y facilitar la llamada. – Responsabilizar a todos los cristianos en la vida del Seminario. – Especial incidencia en los grupos parroquiales infantiles y juveniles. – Presencia de los seminaristas en la Diócesis. – Visita a los centros educativos. – Participación en la vida de las parroquias. 4.- Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones – Orar por las vocaciones a la vida consagrada y al compromiso misionero. – Comunicar y proponer lo que hemos visto y oído, la propia y gozosa experiencia de la vocación. – Celebración: IV domingo de Pascua. – Guion litúrgico, catequesis específicas, mensaje del Papa, propuestas de oración. – Vigilia-Oración: invitación a la Diócesis. – Recordar a la Diócesis de la necesidad de las vocaciones en toda la Iglesia. – A todas las parroquias y consagradas. 5.- Catequesis vocacionales – Impregnar las distintas etapas y sus materiales del sentido vocacional dentro de la comunidad cristiana. – Para niños, adolescentes y jóvenes de colegios, parroquias y movimientos. -A través de profesores de Religión, párrocos y catequistas. – A principio de curso y en torno a la Campaña Vocacional. 6.- Vigilias vocacionales. 7.- Colaboración en página web de la Diócesis. VENID Y LO VERÉIS Ofrecer la posibilidad de conocimiento del Seminario como lugar y momento de formación de los futuros sacerdotes (PUERTAS ABIERTAS): Dirigida a grupos juveniles de parroquias y movimientos, y a los jóvenes de colegios; preparado por los seminaristas; durante la semana de la Campaña Vocacional. Acentos – Cuidar la formación integral de los Seminaristas: buscando la coherencia fe-vida, adaptando el plan de formación a la Ratio. – Implicar más a los sacerdotes en el acompañamiento de los seminaristas. – Favorecer el acompañamiento personal de los seminaristas y la cercanía con su familia. – Cuidar las pastoral familiar, que anime a que los hijos se planteen su vida delante del Señor y le respondan con fidelidad como camino de plenitud y realización. – Cuidar la comunicación con los jóvenes. Cuidar la comunicación con los catequistas. -Hacernos presente en la vida y actividades de la Diócesis y parroquia: pastoral juvenil, pastoral universitaria, materiales vocacionales, encuentros presbiterio-Seminario, etc. Conclusiones Por tanto, nuestra tarea es animar a nuestra Iglesia diocesana a: – Corresponsabilidad: Ningún miembro de la Iglesia queda excluido del campo de la pastoral vocacional. – Subsidiariedad: Todos los miembros de la Iglesia deben ofrecer sus aportaciones para el cultivo y el fomento de las vocaciones. – Testimonio evangélico: El joven debe encontrar en todo cristiano un testimonio vivo de entrega que le interpele y le sugiera el responder a la invitación del Señor a seguirle por un camino concreto. – Proximidad: La cercanía familiar, la palabra oportuna la preocupación por las personas, la mano caritativa, misericordiosa, comprensiva, el consejo a tiempo, pueden llegar a constituir para el joven la revelación de la voluntad del Señor. – Objetividad y sentido de realidad: El ánimo y el interés por la pastoral vocacional no debe conducir a la pérdida del sentido de realidad, al punto de ver signos vocacionales donde no los hay, o a perder la capacidad de hablar con claridad cuando no existen las condiciones mínimas para dar lugar a un proceso vocacional. Todos los miembros de la Iglesia deben ofrecer sus aportaciones para el cultivo y el fomento de las vocaciones. – Obediencia evangélica: «La Iglesia debe acoger cada día la invitación persuasiva y exigente de Jesús que nos pide que “roguemos al dueño de la mies que envíe operarios a su mies” (Mt 9,38). Obedeciendo al mandato de Cristo, la Iglesia hace antes que nada, una humilde profesión de fe pues al rogar por las vocaciones reconoce que son un don de Dios y, como tal, hay que pedirlo con súplica incesante y confiada» (PDV 38).
Categorías: Cancillería, Nº 3756
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