Eminentísimos Señores Cardenales,
Excmo. y Rvdmo. Sr. Administrador Apostólico,
Excelentísimos Señores Arzobispos y Obispos,
Queridos Sacerdotes concelebrantes,
Excelentísimo Sr. Presidente de la Xunta de Galicia,
Excelentísimas Autoridades civiles, militares y académicos,
Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
A los aquí presentes y a cuantos por los medios de comunicación siguen estos momentos en los que el Excmo. Mons. Francisco José Prieto Fernández tomará posesión del gobierno de la Archidiócesis de Santiago de Compostela, un saludo afectuoso a todos de parte de Su Santidad el Papa Francisco, a quien tengo el honor de representar en España.
En primer lugar, en nombre del Santo Padre, expreso sentimientos de muy vivo agradecimiento a Mons. Julián Barrio Barrio, por el valioso éxito de su vida totalmente entregada a Dios y a la misión que el Señor le ha confiado, y que le ha llevado a gobernar con sabiduría y celo pastoral esta Archidiócesis con total entrega y dedicación durante treinta años. Y también, en estos últimos meses, como Administrador Apostólico. ¡Muchas gracias por todo, D. Julián!
Mons. Francisco José Prieto Fernández, vuestro nuevo Arzobispo, inició su ministerio episcopal como Obispo Auxiliar de Don Julián hace dos años. El Santo Padre por su solicitud hacia la Iglesia Compostelana lo ha elegido por las cualidades que ya conocéis, de gran corazón, lleno de la dulce y confortadora alegría de evangelizar, cercano, imagen del Buen Pastor que da la vida por su grey. Dentro de unos momentos le entregaré el báculo pastoral.
Los desafíos del momento son ocasión para reactivar y reavivar la fe en el Señor que le confía esta Iglesia que a través de muchos siglos custodia con celo y venera el sepulcro de Santiago el Apóstol. El ejemplo del apóstol intrépido, el primero de los apóstoles a dar su vida por el Señor, le estimulará para ofrecer a los hombres y mujeres de hoy a Jesucristo, nuestra alegría, nuestro gozo, nuestra paz. Para acudir al socorro de las necesidades en la medida de las fuerzas. Para manifestar a los jóvenes de hoy valores impregnados de esperanza que les faciliten hacer opciones responsables y definitivas, tanto respecto al matrimonio, como a la vida consagrada. Con la confianza puesta en el Señor hay que procurar las vocaciones al ministerio sagrado, ya que hay un influjo causal de la Eucaristía en los orígenes mismos de la Iglesia. La Iglesia nace de la Eucaristía y sin la Eucaristía, la cumbre de la vida cristiana, no puede vivir.
La Archidiócesis de Santiago es una Iglesia de permanente y secular acogida, de grande apertura universal, una estrella que llama y guía, inspira e ilumina. Aquí vienen cristianos, y no sólo cristianos, de todas las partes. Respondiendo a cuanto representa, le animo en el cuidado, ya emprendido, de todas las iniciativas compostelanas que tanto bien espiritual realizan y que tanto reportan en la identidad y vocación de Europa que aquí se encuentra en diversas iniciativas importantes a los pies del Apóstol.
Estimado D. Francisco José, al darle mi más cordial enhorabuena, le aseguro mi humilde oración por la grande tarea pastoral a la que el Señor le ha llamado. A la Santísima Virgen María, con la amantísima advocación de “del Pilar”, che fortaleció el ánimo de Santiago para evangelizar las gentes de esas tierras, encomendamos su ministerio episcopal, el cual deseamos sea, por su intercesión y protección de Madre, para mayor gloria de su divino Hijo y para el bien espiritual de sus queridos diocesanos y del mundo.
Que el Señor les bendiga a todos. Que el Señor bendiga a Mons. Francisco José y su ministerio de Pastor y Padre de la muy querida Archidiócesis de Santiago de Compostela.