“Con Jesús a Belén. ¡Qué buena noticia!”
Queridos niños y niñas:
Se nos invita a todos a acoger la buena noticia de Jesús en nuestro corazón y compartirla con los demás. Y la buena noticia es: “Tanto amó Dios al mundo que nos envió a su Hijo para salvarnos”. Jesús es el gran misionero que nos comunica que Dios Padre nos ama. Y este es nuestro compromiso: ser misioneros del amor de Dios, proclamando que nos ama personalmente a cada uno. ¡Cómo necesitamos sentirnos amados por Dios Padre como se sintió Jesús que nos dice: “Como el Padre me ha amado, así os he amado yo y por tanto debéis amaros los unos a los otros”! ¡Os imagináis cómo cambiaría todo si actuáramos así!
Jornada Mundial de la Infancia Misionera
El día 27 de enero la Iglesia nos presenta la Jornada de la Infancia Misionera con el lema: “Con Jesús a Belén. ¡Qué buena noticia!”, invitándonos a ir a Belén para ver a Jesús, escucharle y acoger su mensaje que cambia nuestras vidas. Él nos envía a ser sus misioneros. Pero sólo podremos hablar de Él si de verdad está en nosotros. Es bueno recordar que desde que fuimos bautizados somos misioneros. Así hemos de ir creciendo en el amor al prójimo, en la generosidad y en la entrega de nuestra vida. Vivir cerca de Jesús siempre nos motiva a vivir cerca de los demás.
Llegar hasta Belén es tomar conciencia del itinerario misionero de la Virgen María. Desde que el ángel le anunció que sería la Madre del Hijo de Dios, y ella dijo que Si al plan de Dios, también se convertía en misionera, pues ser misionero no es otra cosa que ser altavoz de la buena noticia de Jesús que como enviado del Padre nos trae la salvación. Él vivirá en el seno de la Virgen María el encuentro con Juan el Bautista que saltó de gozo en el seno de su madre Isabel. De Nazaret tendrá que ir a Belén porque José y María tenían que empadronarse, donde nacerá en un establo porque no hubo para ellos un lugar en la posada. En Belén contemplamos a Jesús “envuelto en pañales”. Los pastores que van a verlo, nos señalan el itinerario hacia la fe, necesaria para la misión: “Vayamos pues a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado” (Lc 2,15). Esto se traduce en gestos concretos. “Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño. Todos los que los oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores” (Lc 2, 16-18). Encontraron al Niño no sólo con los ojos del cuerpo sino también con los ojos de la mente. Es decir, creyeron después de haberlo visto. Así comenzó a propagarse la fe. De los creyentes nacen nuevos creyentes. De los niños y niñas creyentes nacen nuevos niños y niñas creyentes. Sois los pequeños misioneros que imitando a Jesús comunicáis que Dios nos ama, una noticia que tiene que llegar hasta el confín de la tierra. Esta es la misión que se os confía y que comporta conocer a Jesús, estar con él y mostrar vuestra disponibilidad para ser sus misioneros.
Jornada de la Infancia Misionera
El Papa recuerda que “la Jornada de la Infancia Misionera es la fiesta de los niños que viven con alegría el don de la fe y rezan para que la luz de Jesús llegue a todos los niños del mundo”. Son muchos los niños que están necesitando de vuestra oración y de vuestra ayuda económica. Gracias a esto muchos niños que no conocen a Jesús, no tienen escuelas, están sometidos a trabajos inhumanos y se sienten olvidados y marginados, podrán vivir de otra manera, teniendo una vida semejante a la vuestra. Ellos esperan vuestra respuesta. Os lo agradezco también en su nombre. Rezo por vosotros y pido que el Niño Dios os bendiga a vosotros, a vuestras familias y a nuestra Diócesis.
Con mi afectuoso saludo y bendición,
+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.