Valado Domínguez, Oscar (Dir.), Cantate Domino. Antología de documentos de la Iglesia sobre la música desde 1903, CEE, Madrid 2021.
La reflexión sobre la cultura religiosa de todas las épocas, nos ayuda a descubrir que cuando abrimos nuestra inteligencia a ese amplio horizonte de la humanidad, nos encontramos hermosas obras de literatura, escultura, arquitectura y otras nobles realidades creadas por el genio humano; sin embargo, en ninguno de esos ámbitos como en el cristianismo, y de manera especial en el Catolicismo, se han podido encontrar manifestaciones tan excepcionales como las creaciones musicales: del gregoriano a Palestrina, de Victoria a Bach, Mozart, Bruckner, Franck, Messiaen, etc. Es verdad que la música supera con mucho el ámbito de lo religioso, sin embargo, es en la vida litúrgica de la Iglesia en donde se encuentran las más grandes y sublimes creaciones musicales de todos los tiempos, que superando el espacio y el tiempo se han convertido en piezas clásicas del genio musical que le confieren una perenne actualidad. La búsqueda del Dios verdadero cuyo camino se encuentra en Cristo, que en virtud de su encarnación no sólo asumió lo humano, sino que también dio un sentido nuevo a toda la realidad de la naturaleza, ha llevado al hombre a sumergirse en la poesía, en la iconografía y, como no, en la música, intentando encontrar las sendas del espíritu que le acerquen a ese Dios que es Verdad y Vida, y que sigue cautivando el corazón y la inteligencia de tantos hombres y mujeres a lo largo de la historia de esta humanidad que se sintieron fascinados por el Absoluto.
El Concilio Vaticano II, en la Constitución Sacrosanctum Concilium, ha dedicado un capítulo entero a la música sagrada y en él manifiesta que esta es un «tesoro de valor inestimable que se debe conservar e incrementar»1; sin embargo, al mismo tiempo insiste, con mucha claridad, llegando a convertirla en una categoría litúrgica fundamental, que es necesario lograr una participación activa y fructuosa de todos los fieles en las acciones sagradas. Como se puede comprobar, en la constitución litúrgica se mantiene una relación cordial y equilibrada entre un aspecto y otro; aunque, de todos es sabido que la aplicación práctica de estos principios durante el postconcilio resultó problemática, sobre todo por una incorrecta interpretación. El magisterio pontificio se ha ocupado en numerosas ocasiones de la música y de subrayar su importancia en la vida de la Iglesia. Precisamente, la lectura del número 112 de la Constitución Sacrosanctum Concilium ha sido el motivo inspirador de la obra que ponemos en sus manos. La Iglesia nos recuerda que la música «constituye una parte necesaria e integral de la Liturgia»2, sin embargo, en bastantes ocasiones no se le ha dado la importancia que tiene, ni se le ha tratado de forma adecuada, a pesar de la abundante documentación que respalda esta afirmación.
Cuando, en 2017, el joven sacerdote D. Óscar Valado Domínguez, se incorporó al Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia, como responsable del área de música, nos propuso a los obispos de la mencionada Comisión, un proyecto muy interesante –a la par de ambicioso– que consistía en la publicación de una antología de textos del magisterio pontificio sobre música. Conscientes de que muchos de ellos eran desconocidos por la mayor parte de los fieles, tanto pastores como laicos, intuimos que la propuesta era muy interesante y la acogimos con ilusión. Además, se nos hizo ver que la obra proyectada era en sí misma original porque, hasta el momento no existía ningún trabajo de estas características en el ámbito hispanohablante.
Después de tres años de intenso trabajo con un amplio grupo de colaboradores (músicos, liturgistas, traductores…), por fin, en 2020, año problemático a causa de la pandemia que nos afectó gravemente a todos, D. Óscar nos presentó CANTATE DOMINO. Antología de documentos de la Iglesia sobre la música desde 1903. Una obra que recoge un total de 253 documentos divididos por pontificados, cada uno de ellos precedido por una interesante introducción que los contextualiza. Además, en apéndice, se incluyen las referencias a la música que contienen los libros litúrgicos y otros materiales publicados después de la reforma litúrgica, así como unos cuidados índices que confieren a la obra un valor extraordinario.
En definitiva, reunir todo este material en un solo volumen de casi un millar de páginas, convierte esta Antología en una obra completamente imprescindible no solo para los especialistas del ámbito musical, sino para todos aquellos que deseen conocer lo que el magisterio de la Iglesia ha dicho en estos últimos cien años acerca de la música.
Felicitamos y agradecemos a D. Óscar Valado, impulsor y director de esta Antología, por haber puesto generosamente su trabajo al servicio de la Iglesia, a través de la Comisión Episcopal de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española.
J. Leonardo Lemos Montanet
Obispo de Ourense
Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia