“Comunicación y misericordia: un encuentro fecundo”
Hablar en buenos términos de una simbiosis entre “comunicación y misericordia” puede parecer un ejercicio imposible, acostumbrados como estamos a que el fluir de la inmediatez y las novedades sobre las distintas realidades sociales sean más una muestra de información sobre acontecimientos que sobre personas. Y ahí es, precisamente, donde esta Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que ya alcanza su L edición, pone el acento: la comunicación no es un hecho frío, aislado, ajeno a la realidad del hombre; es, más bien, la expresión de la cordialidad y de la cercanía de la persona, manifestación del ser profundo que se intenta compartir a través de la palabra, escrita o hablada.
En su mensaje para esta jornada, el papa Francisco recuerda que “es hermoso ver personas que se afanan en elegir con cuidado las palabras y los gestos para superar las incomprensiones, curar la memoria herida y construir paz y armonía”. El fenómeno de la comunicación es siempre muestra de la capacidad que el ser humano tiene para relacionarse con sus semejantes. Pero que haya una comunicación que genere un encuentro profundo entre quienes se comunican en clave de misericordia, es una gracia que hay que implorar a Aquel que tiene palabras de vida eterna.
Comunicar con misericordia es salir de los círculos viciosos de “las condenas y las venganzas”, es sanar “las relaciones dañadas”, es “volver a llevar paz y armonía a las familias y las comunidades”. Para practicar la misericordia en la comunicación es imprescindible escuchar. Bien lo expresa el Papa al indicar que “comunicar significa compartir, y para compartir se necesita escuchar, acoger”. Y esa escucha es mucho más que un mero oír. “Oír hace referencia al ámbito de la información; escuchar, sin embargo, evoca la comunicación, y necesita cercanía”.
Con la presencia tan abrumadora de las nuevas tecnologías en el universo mediático y comunicativo que a todos nos envuelve, el Santo Padre apunta que “el encuentro entre la comunicación y la misericordia es fecundo en la medida en que genera una proximidad que se hace cargo, consuela, cura, acompaña y celebra”. Todo, desde los correos electrónicos a las redes sociales, pueden ser formas de comunicación “plenamente humanas”, porque no es la tecnología la que determina la autenticidad de la comunicación, sino “el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios a su disposición”.
En esta L Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales agradezco el trabajo y la dedicación de los profesionales de la información y de todos cuantos colaboran en el buen funcionamiento de los medios para construir una comunicación auténticamente humana. Y para visualizar ese deseo profundo de la Iglesia de aunar misericordia y comunicación, invito a todos los profesionales de los medios y a todas aquellas personas que contribuyen con su aportación y trabajo a la difusión de sus contenidos a participar en el Jubileo de la Comunicación, que se celebrará el próximo día 17 de junio en la Catedral de Santiago. Será hermoso compartir ese profundo anhelo de verdad que late en el trabajo de los comunicadores y en la tarea evangelizadora de la Iglesia, en este Año de la Misericordia.
Les saluda con afecto y bendice en el Señor,
+ Julián Barrio Barrio, Arzobispo de Santiago de Compostela