“Una mística gallega en el siglo XVIII”
Queridos Diocesanos:
El día 8 de noviembre nos llegaba la gozosa noticia de que el Papa Francisco había declarado Venerable a la Madre María Antonia de Jesús, madre de familia, mística y Fundadora del Carmelo de Santiago de Compostela. Compartimos la alegría de manera especial con las Madres Carmelitas de este Carmelo. Ser declarada Venerable es indicarnos que vivió las virtudes cristianas de un modo heroico, y que es digna de veneración popular, invitando a conocer sus escritos, a imitarla en sus virtudes y a pedir favores a través de ella. La de la monja del Penedo es una vida apasionante y apasionada por Dios en la que descubre que las cosas de Dios más que entenderlas hay que padecerlas, como diría la Santa de Ávila.
Algunos rasgos biográficos
La Venerable María Antonia de Jesús nacía en Cuntis, era educada en Caldas de Reis y se casaba en Baiona. Su proceso de vida pasó por unas circunstancias que no dejan de llamar la atención. A los doce años de casada, ella y su esposo D. José Antonio Valverde Domínguez entraban, el 19 de marzo de 1734, en los respectivos carmelos femenino y masculino de Alcalá de Henares, después de haber confiado a sus dos hijos, Sebastián y Leonor, a unos tutores responsables y de su plena confianza. También los hijos entrarían posteriormente en la Orden Dominicana.
Parece ser que tardó en hablar el castellano y se acercó sorprendentemente al latín. Al asomarse a su historia personal, uno percibe que el misterio se inserta en la realidad de su vida. Tenía conversaciones místicas con Jesús de las que ha dejado constancia en su autobiografía que escribió por mandato de su confesor. Según la Teología de la Vida Espiritual los fenómenos místicos son “las manifestaciones extraordinarias con repercusiones corporales, intelectivas, volitivas, de Dios en la vida de cualquier hombre o mujer, con contenido teológico y para el bien común”. Siempre tuvo como referencia a Santa Teresa de Ávila y a San Juan de la Cruz como se percibe en sus escritos. Buscó a Dios y se dejó buscar por Él. La palabra metáfora que describe su proyección mística es el “Edificio Espiritual” que subraya la idea de construcción material y espiritual. Es posible que al optar por esta imagen, tuviera en su mente las palabras de san Pablo a los corintios: “Nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros campo de Dios, edificio espiritual… ¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu habita en vosotros” (1Cor 3, 9.16).
Maestra de espiritualidad
Se dedicó a servir a los demás, sobre todo como maestra de espiritualidad. La Reina Dª Bárbara de Braganza la visitará en el monasterio de Santa Ana de Madrid como también otras muchas personas, buscando su consejo espiritual en el itinerario hacia Dios. Recorrió los caminos de España y de Portugal al estilo de la andariega Santa Teresa de Ávila. Con estas inquietudes espirituales solicitó del Rey Felipe V en Granada la fundación del Carmelo de Santiago, fundación que cristalizó en 1748, afrontando no pocas dificultades de incomprensión. En la obra de Dios para llegar a la gloria hay que pasar por la cruz. Pero ella sabía que “todo lo vence el amor de Dios”. Fue un testimonio de los valores del espíritu y de la dimensión trascendente de la persona en medio del racionalismo del “siglo de las luces”. Como escribió el P. Mauricio Martín del Blanco OCD, en la introducción de la publicación de la autobiografía de Madre María Antonia de Jesús, “el testimonio experiencial de la mística monja del Penedo puede ser una llamada más para los hombres de hoy, con hambre de Dios, a buscar a Dios en todos los estados de vida y en cualquier circunstancia de cualquier vida. Dios no está lejos del hombre, sino dentro del hombre mismo y en su misma interioridad puede encontrarlo y gozarlo, sin tener que dejar aparte el hecho de encontrarse el hombre dentro del misterio de Dios”.
¡Demos gracias a Dios por este signo de su providencia amorosa! Con mi afectuoso saludo y bendición.
+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.