“Salir, caminar y sembrar siempre de nuevo”
Queridos diocesanos:
En la solemnidad de Pentecostés recordamos que el Espíritu Santo es el principio de expansión de la Iglesia y la fuerza que dinamiza su misión. La docilidad al Espíritu llevó a difundir el cristianismo, nos dice el papa Francisco. Él es el que guía a la Iglesia hacia las periferias geográficas y espirituales del mundo.
El don del Espíritu Santo
Pentecostés pone ante nuestra consideración la omnipresencia misteriosa del Espíritu que es el don de Dios Padre y de Cristo resucitado a la Iglesia, como nos refiere el evangelista san Juan: “Sopló sobre ellos y les dijo: Recibid el Espíritu Santo” (Jn 20,22). Este don hemos de descubrirlo como principio de cohesión y de unidad de la Iglesia porque “nadie puede decir: Jesús es el Señor sino por el Espíritu Santo” (1Cor 12, 3). Cristo y la Iglesia forman un único cuerpo: “Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos” (Ef 4, 4-6), escribe san Pablo. El Espíritu Santo es también principio de unidad entre nosotros que, bautizados en un solo Espíritu, formamos un solo cuerpo. En Él encontramos el principio de nuestra identidad cristiana que nos distingue del mundo: “Yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo ve ni lo conoce; vosotros en cambio, lo conocéis porque mora con vosotros y está con vosotros” (Jn 14, 16-18). Jesús se refiere al mundo que no lo reconoció y que ahora rechaza a la Iglesia: “Si el mundo os odia, sabed que me ha odiado a mí antes que a vosotros” (Jn 15,18). Ante ese mundo no podemos perder nuestra identidad ni ocultar nuestra comunión eclesial más allá de la diversidad de opiniones.
Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar
En este contexto encuentra razón de ser el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar, convocando a todos los cristianos laicos a vivir la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo resucitado. “Su colaboración como miembros del pueblo de Dios, es indispensable para que la Iglesia pueda hacerse presente en muchos ambientes y lugares de primera importancia en la vida secular, como las universidades, los medios de comunicación, la formación de la opinión pública, las orientaciones y tendencias en la vida laboral, económica, cultural y política”1.
Interpretamos esta jornada con el lema: “Salir, caminar y sembrar siempre de nuevo”. Como el sembrador que sale de su casa y se pone en camino para llegar al campo donde ha de esparcir la semilla, así los laicos cristianos han de salir de sí mismos para ir al encuentro de los demás y anunciar la Palabra de Dios, promoviendo el diálogo en la sociedad y construyendo la civilización del amor, sin olvidar que construir ignorando a Dios y su voluntad nos lleva a la desilusión, a la tristeza y al sentimiento de derrota. El compromiso de fidelidad al amor de Dios no es fácil, pero en su misericordia no nos abandona y nos ofrece siempre la posibilidad de volver a Él, experimentando la alegría de su amor que perdona. No podemos quedar atrapados en la jaula de nuestros criterios y añoranzas. Os animo a vivir con esperanza vuestro compromiso cristiano, teniendo en cuenta las orientaciones del Sínodo diocesano que acabamos de clausurar. ¡Merece la pena! Como os decía en la clausura, transformar el documento sinodal en acontecimiento providencial es lo que la Iglesia diocesana nos pide para que Cristo resucitado con la fuerza del Espíritu sea el protagonista de esa historia que está por llegar. Dice el papa Francisco que siempre hay que volver a visitar los orígenes, una memoria que nos salva de cualquier imaginación gloriosa pero irreal del pasado. No se trata tanto de ocupar lugares cuanto de iniciar procesos. Las fragilidades que nos circundan hemos de transformarlas en lugares de bendición.
Queridos diocesanos, en los primeros días de agosto tendremos en nuestra diócesis la asamblea nacional de la Acción Católica General. Os invito a participar en este encuentro. Esto ayudará a dar un impulso a la Acción católica para fortalecer la Evangelización, pues como dijo el Papa “la misión no es una tarea entre tantas en la Acción Católica, sino que es la tarea”. Encomendemos en la oración los frutos de este encuentro.
Agradeciendo vuestro compromiso pastoral en la diócesis, os saluda con afecto y bendice en el Señor,
+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.
1 CEE, Plan Pastoral de la CEE (2016-2020): BOCE, 31 diciembre 2015, 87.