Queridos/as catequistas:
Me alegra mucho dirigirme en estas circunstancias a vosotros/as catequistas que estáis ofreciendo generosamente vuestra disponibilidad y experiencia de fe en las parroquias, y a vosotros padres-catequistas que catequizáis en vuestras casas, y por supuesto a los niños, niñas y jóvenes que estáis recibiendo la catequesis. Os saludo con todo afecto y os agradezco el esfuerzo que estáis haciendo y la colaboración que estáis prestando en el quehacer catequético.
Los actuales no son momentos fáciles. La nueva ola de catequesis como #CatequeseComezaNaCasa nos está demostrando que en medio de la dificultad, la pandemia está siendo una oportunidad con posibilidades si sabemos discernir la realidad. Nuestra preocupación pastoral debe ser transformar con creatividad lo que nos está tocando vivir recordando aquellas palabras del Apocalipsis: “No temas; yo soy el Primero y el Último, el Viviente; estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo” (Ap 1,17-18). “Mira, hago nuevas todas las cosas. Estas palabras son fieles y verdaderas” (Ap 21,5).
No debemos añorar lo que hasta ahora veníamos haciendo y ahora por las circunstancias no podemos hacer, sino que hemos dar cauce a nuestra creatividad para dar respuesta a las exigencias que siguen teniendo nuestros catequizandos. También esta forma de catequesis, estoy seguro, contribuirá a renovar nuestras parroquias y su pastoral. La catequesis es siempre una fuente de renovación.
El Día diocesano del Catequista lo tendremos, Dios mediante, el 6 de marzo; y, el domingo día 14, será el Día de la Catequesis en las Parroquias. Mi gratitud al Sr. Delegado diocesano de Catequesis y a quienes colaboran con él. Es significativo el trabajo que están realizando con tanto desvelo y acierto.
No podemos olvidarnos de que estamos celebrando el Año Santo Compostelano. En esta primera parte del año no están viniendo tantos peregrinos como solían en otros Años Santos. Pero esto nos ayudará a comprender que también los diocesanos somos peregrinos cuando a veces pensamos que peregrinos son sólo los que vienen de fuera.
Me uno en oración con todos vosotros pidiendo que el Señor haya concedido su gloria a los catequistas que llamó a su presencia. Rezo por todos vosotros, bendiciéndoos en el Señor, sintiéndome acompañado y tratando en todo momento de acompañaros. No es momento de ponernos a llorar, apegados a nuestras nostalgias junto a los canales de nuestra Babilonia.
Os saluda con afecto,
+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.