“Gracias por tanto”
Queridos diocesanos:
Al echar la vista atrás sobre los acontecimientos del pasado año 2021, lo primero que pasa por mi cabeza y, sobre todo, por mi corazón, es un inmenso agradecimiento a Dios. En medio de este escenario incierto y confuso, en el que se han derribado tantas certezas meramente humanas y tantas ilusiones se han desvanecido, la experiencia de que Dios camina a nuestro lado, que se involucra en nuestra historia y que nos acompaña en nuestra vida, resulta tan consoladora como real.
Seguimos celebrando el Año Santo y observamos cómo el Señor ha entrado en nuestras vidas. Lo ha hecho para quien inició el Camino desde una perspectiva no estrictamente vinculada a la fe y para quien lo hizo desde su visión creyente.
La Iglesia diocesana la formamos todos. Somos una gran familia, y una parte esencial de la misma la componen aquellas personas, hombres y mujeres, que están siempre “ahí”, dando su amor, su ayuda, su trabajo, su apoyo a los demás y sobre todo a los necesitados. Para ellas también nuestro más sincero reconocimiento y agradecimiento.
"La riqueza es lo que somos, no lo que tenemos".
“El servicio es también obra nuestra, el esfuerzo es lo que hace
fructificar nuestros talentos y da sentido a la vida: de hecho, no sirve para vivir el que no vive para servir. ¿Pero cuál es el estilo de servicio? En el Evangelio, los siervos buenos son los que arriesgan. No son cautelosos y precavidos, no guardan lo que han recibido, sino que lo emplean. Porque el bien, si no se invierte, se pierde; porque la grandeza de nuestra vida no depende de cuánto acaparamos, sino de cuánto fruto damos”1. En 2021, gracias a la colaboración y ayuda de nuestros diocesanos se han destinado
3.842.0 € a actividades pastorales, asistenciales y educativas, y por parte de Cáritas Diocesana, en nuestra diócesis se han atendido a 40.557 personas.
Se avecinan tiempos de incertidumbre y posiblemente, por desgracia, de más pobreza. El 12 de noviembre de 2022 celebraremos el Día de la Iglesia Diocesana. La colaboración de los diocesanos, en todas las facetas, económica, humana y pastoral, así como su disponibilidad para ponerse al servicio de las necesidades de la Diócesis es esencial y muy necesaria. Hay que seguir mirando al futuro para ver que podemos seguir haciendo. Muchas personas nos necesitan.
Os saluda con afecto y bendice en el Señor,
+ Julián Barrio Barrio Arzobispo de Santiago de Compostela.
1 Francisco, Homilía en la Jornada Mundial de los Pobres, 15 de noviembre de 2020.